Me gusta poner muchos ejemplos acerca de los miles de casos que atiendo a diario. Vamos con este que está relacionado con cómo sanar tu vida a través del otro.
Una mujer empresaria me dice en la consulta:
“Tengo una administradora que le cuesta muchísimo que las personas que tiene a su cargo, le obedezcan. Y una de las que tiene a su cargo, es una persona que se molesta cuando le dan una orden a otro o cuando le llaman la atención a las otras personas y también se molesta muchísimo cuando le llaman la atención a ella”.
¿Qué sucede?
Esa persona a la que le cuesta tanto, que le cuesta obedecer y que le cuesta que a sus colegas, a los que están en el mismo rango les llamen la atención por cualquier cosa, con o sin razón, tiene un conflicto de autoridad. ¿Y qué pasa con ese conflicto de autoridad?
Vamos a revisar un poco hacia atrás para encontrar la respuesta.
A ella, su padre no estuvo presente cuando estaba pequeña, prácticamente no la reconoció, por tal motivo, ella vive muy molesta con el papá.
Esto es algo fundamental porque hay que saber que el padre es la norma, el padre es la autoridad. Entonces, ya de adulta, ella dice que ahora que ya se encuentra bien ahí sí su papá quiere tener más contacto con ella, claro, porque quiere que yo le ayude.
¿Entonces qué sucede? Ese conflicto de autoridad que esa chica tiene con su padre, lo lleva, no sólo a la empresa, sino a todos los lugares donde a ella le vayan a dar órdenes, la vayan a mandar o le digan que haga algo o, donde vea que a otros les están llamando la atención, a quien está viendo es a su papá en esa situación específica
En tales casos, yo normalmente le digo a la persona, por ejemplo a esa jefe. Hay que trabajar con tu administradora y que ella descubra qué pasa que a ella le cuesta conseguir que sus subalternos le hagan caso.
¿Por qué? Porque quienes trabajamos y hablamos de la ley del espejo, decimos para el inconsciente (porque esta es una ley del inconsciente) sabemos que para el inconsciente el otro no existe, todo es yo, lo que yo veo ahí afuera es lo que está en mí, y hay dos opciones.
La primera. Yo veo cualquier cosa que me moleste en el otro. Entonces una opción es, si es de un comportamiento que me molesta mucho en el otro, quizá yo estoy igual o me comporto, o actúo igual que esa persona.
O, si esa no es la opción, porque la persona dice: “Yo no robo, yo no digo mentiras, yo no engaño a nadie, yo no soy grosera.” Habría que revisar un poco, quizás si escarbamos un poco, es posible que encontremos que esa persona se roba, por ejemplo, su tiempo de descanso o se dice mentiras a sí misma. ¿Sí?
Entonces, la clave está en revisar.
Uno de los casos que vi hace poco fue una pareja, donde el esposo comentaba: “Yo le hago una pregunta a mi esposa y ella me contesta con otra pregunta”.
Por ejemplo, le digo: “Mi amor… ¿Qué vas a hacer mañana? Y ella dice ¿Y por qué? O ¿Para qué? Y él se molestaba, hasta cuando entendió eso que acabamos de mencionar anteriormente.
¿Qué pasaba?
Buscando en su historia, es decir, cuando estaba pequeño, a sus 9 años aproximadamente, le hace una pregunta sobre sexualidad a su mamá y ella le contestó algo que no tenía nada que ver. El niño sabía que esa no era la respuesta, pero él tampoco tenía la respuesta y por eso estaba preguntando.
¿Qué decidió ese niño en ese momento? ¿Si me van a contestar cualquier tontería para qué pregunto? Entonces. ¿Qué sucede? Que sigue atrayendo a su vida personas a las que les hace una pregunta para que le contesten una tontería, como por ejemplo, contestarle con otra pregunta.
De todas formas, ahí se dio cuenta además que él tampoco era específico ni claro en la pregunta que hacía. Por lo tanto, el resultado que iba a obtener tampoco era el deseado.
Entonces, en este caso. ¿Qué me está mostrando esa persona que me contesta con otra pregunta? Si yo hago una pregunta espero una respuesta. ¿Correcto?
Volviendo al caso de la persona que le molesta que le llamen la atención a otro compañero, otra compañera o a sí misma, cabe resaltar que había dejado varios empleos porque tenía ese conflicto de autoridad. ¿Hasta cuándo va a vivir con esto? Hasta que comprenda que a quién está viendo en todos los jefes, sean hombres o mujeres, (como son una figura de autoridad), en realidad a quien ve no es a esa persona en sí, sino que ve a su papá.
Entonces, esas son las dos opciones:
Yo soy o me comporto como el otro o yo tengo algo para sanar al respecto.